Eso de comer todos los días fuera de casa es una ruina, imposible… no
hay bolsillo que lo aguante, pero tampoco estómago!! Así que como no soy
muy amiga de las comidas preparadas, desde hace un tiempo me dedico a
cocinar los fines de semana y a congelar la comida en raciones para toda
la semana.
Y como me estoy haciendo una experta en esto de la congelación, ahí van unos cuantos consejillos:
- Nunca congeles un alimento que ya ha sido descongelado.
- Las patatas y las pastas congelan muy mal y lo mismo los arroces, mejor no lo hagas.
- Nunca metas alimentos calientes en el congelador, ¡es un gasto de energía inútil!
- De igual modo cuando vayas a descongelar hazlo en el frigorífico, ahorrarás energía.
- No llenes el congelador de golpe, no será capaz de mantener la temperatura y puede que se te estropee algo.
-
Los envases rígidos son los más adecuados si vas a congelar alimentos
con líquidos y recuerda dejar siempre unos centímetros libres en la
parte superior del recipiente para permitir la expansión, a no ser que
quieras tener inundaciones.
- Las bandejas de porexpán
con las que envasan muchos supermercados no deben de utilizarse para
congelar porque es un recipiente poroso que filtra la humedad.
-
Los envases cuadrados y rectangulares te permitirán aprovechar mejor el
espacio de tu congelador, lo mismo pasa si utilizamos bolsas de
congelación, eso si, recuerda extraer el aire del interior.
- Las salsas como mayonesa, la bechamel o la salsa rosa se cortan al congelarse, también pasa con las salsas que llevan nata.
- Para evitar confusiones, pon en cada envase lo que hay y cuándo lo cocinaste.
- Cuando descongeles comida
no debes de calentarla más de una vez
Os
puedo asegurar que ahora mi congelador es un pequeño restaurante a la
carta, lleno de “tapers” y frascos, cada uno con su correspondiente
etiqueta. ¿Os apetece una ración de estofado de ternera? ¿O preferís
unas judías verdes con jamón?
Consejo de: melohadichomargarita.com
